martes, 25 de enero de 2011

¿Cuál es mi tren?

No os alarméis, me encuentro perfectamente aunque esto lo escribí el domingo a raíz de un hecho intrascendente, con en el que -curiosamente- se hizo mucho daño. Con evidentes matices autobiográficos, en los que me reservo el grado de coincidencia.
"Llevo más de un cuarto de siglo paseando por mi estación de tren. Han sido años muy entretenidos, vitales, que me han formado, me han hecho ser quien soy: familia, amigos, estudios, trabajos, sueños... Sí pero todo lo he vivido en una estación de trenes, en varias ciudades, en diferentes residencias pero todavía no he tomado mi tren. Casi a diario veo a gente que se embarca en un tren, el tren de su vida. Yo he hecho amagos, he tenido el pie en la puerta de entrada pero de todo me ha ocurrido: me han echado, me caí por el viento... Hasta me cerraron la puerta. Todas son duras pero las peores son aquellas con las que te ilusionas por los consejos de los que están dentro y luego cuando estás subiéndote te cierran la puerta y te dan la espalda. Ésa es más dolorosas porque no puede haber mayor sensación de soledad.
Te sostenía algo que no existía pero entonces desaparece hasta lo que nunca había existido: te han reventado los sueños. Me acosté con este pensamiento y soñé que no tomaba ningún tren porque me estampé con el siguiente que pasó".
Hoy todo bien porque no sé lo que busco pero sé lo que quiero.

sábado, 22 de enero de 2011

Se me ha olvidado decirte

Lo tomo del mail de un amigo que se ha despedido de una forma insinuada pero muy elegante.
Lo publico aquí porque sé que algunos, sobre todo una persona en concreto, entenderá todo lo que hay detrás.
"Se me ha olvidado decirte... que aunque los día son largos, muy largos, parecerían más largos si no me hubieras apoyado este tiempo; que las horas corren más deprisa cuando veo que tengo alguien que no me deja en la ladera del camino.
Se me ha olvidado decirte... que a veces solo veo que el cielo está negro y realmente son nubes pasajeras, detrás hay un montón de estrellas.
Se me ha olvidado decirte... que a menudo me equivoco y que con demasiada frecuencia me dejo llevar por la tristeza. Que miro más los puntos negros, los borrones, que las posibilidades que nos brinda el resto del folio en blanco.
Se me ha olvidado decirte... que luego me arrepiento y que intento perdonarme a mí mismo.
Se me ha olvidado decirte... que sé que está vida me la han regalado para gastarla...
Se me ha olvidado decirte... que todas las noches, ayer otra vez, volví a dar gracias a Dios por haberte conocido y por todo lo bueno que has traído a mi vida".

miércoles, 12 de enero de 2011

¿De qué nos quejamos?

Después de oír este audio a uno se le quitan muchas "chorradas" de la cabeza. "Me sentía desgraciado por ser cojo hasta que vi a una persona que no tenía piernas".

martes, 4 de enero de 2011

Incipit vita nouva

Raro es el domingo que no me quedo con un apunte, frase, reflexión, entrevista de "El Semanal". Esta semana ha sido el artículo de Juan Manuel de Prada, donde nos ha abierto de par en par los recovecos afectivos de su intimidad, escribiendo un grandioso texto lírico de su último amor, que a más de uno le gustaría admitir-por su intensidad y belleza- como autobiográfico:
" (...) Mi cansado corazón ha comenzado a latir apresuradamente, como una paloma que pugna por alzar el vuelo; y ha derramado su calor hasta mis manos, que ya hasta de acariciar y ser acariciadas se habían olvidado; y, allá, al final de las manos y de la sangre, se ha encontrado con otro corazón que también late apresuradamente, intrépidos ambos y llenos de espíritu vital y deseosos de curarse mutuamente las alas quebradas, deseosos de alzar el vuelo juntos"