viernes, 26 de agosto de 2011

Adiós nostalgia

"Existe una especie de tristeza inconsolable, la tristeza de quien tiene constantemente la sensación de haber llegado tarde a una cita divina y, por lo tanto, ya no se interesa por nada." Sándor Márai. Ahora que tras años de búsqueda entiendo la desposesión existencial de la nostalgia permanente, ésta poco a poco se va despidiendo de mi vida, anunciándome lo anhelado desde siempre. Gracias a ti.

viernes, 12 de agosto de 2011

Cerrando ventanas, abriendo puertas

Decía Edwin Markhan que "las decisiones son las bisagras del destino”.
Hay decisiones duras, desgarradoras, en las que te dejes parte de tu "yo histórico", de tu pasado, en las que violentas la memoria con un olvido forzado que resquebraja la paz que pretendías buscar. "Antes del amanecer la noche es más oscura". Y anoche, por fin, amaneció en mi futuro.

lunes, 8 de agosto de 2011

El baúl de los sueños rotos

Los últimos meses fueron los peores. La desesperación le inundaba: él se ahogaba y el mundo le describía el agua.

La tenue luz que le rodeaba poco a poco iba convirtiéndose en ciega oscuridad. El ventanuco que le comunicaba con el exterior iba estrechándose paulatinamente. La "habitación de su vida" era un lugar frío, pequeño y oscuro. Su única compañía era la causa de ese clima gris y opaco: el baúl de los sueños rotos que tenía en un rincón de la habitación. En numerosas ocasiones, a diario continuamente, intentaba tirarlo por el ventanuco pero apenas podía moverlo, tampoco vencía a su cerradura, buscaba sin éxito la llave que le permitiera abrir el dichoso baúl y poder vaciarlo de todas las vivencias que le estaban amargando su propia existencia. Todas las mañanas se anticipaba al alba y buscaba con desenfreno en tiendas y anticuarios de la ciudad una llave, la llave de su liberación. Un cuarto de siglo buscando infructuosamente.

Esa precipitación le había cegado a lo largo de este tiempo, la llave que eliminaría el baúl que le atormentaba la tenía muy cerca. La acariciaba continuamente, de forma indirecta, a lo largo de su vida y en diferentes circunstancias había tenido acceso a ella pero ofuscado en la búsqueda afanosa no era capaz de contemplarla.

La llave de su liberación era una mirada eterna y creadora. Con el descubrimiento de la mirada liberadora ha comenzado a expulsar del baúl la inmensidad de los "sueños rotos" que le colapsaban el ánimo, no sabe cuánto durará la mirada: ¿suficiente tiempo para que llegue a vaciar el baúl?

Anoche, el júbilo sublime que le inundaba, volvió a susurrarle en el silencio de la madrugada: "¿ y si esa mirada fuera un sueño? ¿Otro sueño roto?". Continuará.