viernes, 18 de febrero de 2011

Sueños rotos

Días de recuerdos imborrables, difíciles de olvidar, imposibles de explicar, fáciles de anhelar.
De los que dejan huella y te agarras cuando el abismo de la rutina te marea.
El lastre que no puedes evitar es el de siempre, Natalia Ginzburg lo explica mucho mejor:
"Nuestras existencias se desarrollan según leyes antiguas e inmutables, según una cadencia propia, uniforme y antigua. Los sueños no se hacen nunca realidad, y en cuanto los vemos rotos, comprendemos de repente que las mayores alegrías de nuestra vida están fuera de la realidad. En cuanto vemos rotos nuestros sueños, nos consume la nostalgia por el tiempo en que bullían dentro de nosostros. Nuestra suerte transcurre en esa alternarse de esperanzas y nostalgias".

martes, 1 de febrero de 2011

Y YO ME IRÉ

A media tarde, la primera de febrero donde el frío seguía imperando en la sierra de Madrid, en la Iglesia daban toque de difuntos y me acordé del poema de J. R. Jiménez:
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas la tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, nostálgico… Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido… Y se quedarán los pájaros cantando.