El tiempo pasa y por ende la noche se acerca. La luz se va volviendo más tenue, las novedades que inundaban de jovialidad el día se vuelven insípidas. El tedio lo inunda todo.
Lo que antes era llama, ahora no llega a chispa, el viento ensordecedor del pasado aniquila lo que encuentra a su paso.
Ni siquiera tú, tornarás en silencio la violencia de la tempestad que nos asfixia, quizás tu prudencia se adelante a la tormenta apagando las velas de imprevisto.
Daniel Gascón: “Defendemos el pluralismo, pero somos crecientemente
tribales”
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En un interesante artículo de ÁLVARO SÁNCHEZ LEÓN en Aceprensa: Daniel
Gascón: “Defendemos el pluralismo, pero somos crecientemente tribales”,
entrevista a...
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