Me parece muy acertada e interesante la presentación del blog "Sentire cum Ecclesia":
"la conocida frase que tanto repetía Ignacio de Loyola, es hoy uno de los pilares fundamentales de la nueva evangelización, pues hoy en día, el extrañamiento de la fe como virtud teologal parte, en gran medida, de la ausencia de un cauce que haga que el hombre sienta y viva lo mismo que siente y vive la Iglesia. Si el hombre de hoy no conecta con la Iglesia ni con su doctrina se debe al desconocimiento y a la ignorancia de saber qué vive y de qué vive el Cuerpo de Cristo. Se considera a la Iglesia como un ente extraño, alienante y jerarquizado. Más aún, la experiencia personal de muchos cristianos pasa sólo por configurarlo todo dentro de los parámetros individuales. Baste el ejemplo de que en la misa dominical la Iglesia propone unas lecturas y la gente está pensando en otra cosa, no le dicen nada. Nos encerramos en nosotros mismos y en lo que nos sucede para crear un 'burbuja espiritual' absurda cuando ahí afuera la Iglesia está rezando y celebrando cosas grandísimas, mientras nosotros quedamos varados en el 'esto me dice, esto no me dice' o reducimos la vida de fe al consabido 'ahora peco, ahora no peco'. E incluso las homilías, hasta las retóricamente intachables van por un lado, mientras que la liturgia, el tiempo litúrgico y la eucología van por otro. Sentire cum Ecclesia -sentir con la Iglesia, pensar con la Iglesia- es un lema que propone abordar este reto, porque es ineludible y porque de otro modo no hay evangelización posible, y se cierra el paso al Espíritu Santo, que es el peor de los pecados. Sentir como la Iglesia siente, pensar comno la Iglesia piensa, he aquí una meta y un comienzo a la vez: si, como decía san Cipriano, nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia como Madre, la actualidad de este reto es hoy, como siempre, imperante".
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