Hoy la pureza -esa belleza del corazón- es más necesaria que nunca. Porque el hombre necesita redescubrir su mirada, su creencia, su alegría. Necesita -lo necesitamos todos- poner en orden su casa y su conciencia y su imaginación y sus caricias. El hombre necesita recuperar un poco de sensatez en su vida, y cambiar de canal y huir de la tentación cuando se presenta y no dar la esperanza por perdida ni tergiversar su naturaleza. Y seguramente nunca lleguemos a alcanzar la pureza del todo (ya sabemos que hasta el más justo peca y cede) y nos cueste la intemerata, como es normal, pues somos lo que somos: carne y flojera. Pero esa lucha por vivirla nos dará paz y poco a poco se hará más nítido el amor de Dios, que es de lo que se trata
Hola!
ResponderEliminarMe gustó su visión del mundo en el tema "La belleza del corazón"
Estoy feliz de que sigue "Un día y dos días ..." acerca de la caridad a los demás, las fiestas y las costumbres del judaísmo. Gracias.
Le deseo la paz.